Balada para un loco, quereme así, piantao

Astor PiazollaHubo un tiempo en el que el tango sufrió la llegada de las nuevas olas y solo algunas estrella pudieron soportar ese aluvión, que parecía herir de muerte a la música que hoy sigue siendo símbolo de Buenos Aires.

Moría la década del sesenta, cuando Astor Piazolla, el hombre reinventó el tango, compuso una pieza inolvidable llena de locura y pasión. El tema se llamó Balada para un Loco.

Horacio Ferrer le puso letra, el Polaco Goyeneche le dio la voz masculina más recordada y Amelita Baltar fue la cantante femenina por excelencia de este clásico.

Evidentemente esta canción tiene una estructura muy distinta a la de un tango convencional y en sus comienzos fue resistida por cierto público que no entendió la genialidad de Piazzolla. El tiempo luego le daría la razón a Astor, muchas veces criticado en su tierra y reconocido en el exterior.

Si nos detenemos por un instante en Balada para un Loco, encontraremos mucho más que una gran canción. Es un verdadero canto al amor, a todas las cosas que lo rodean y a la locura que envuelve a ese sentimiento sublime.

La poesía que Horacio Ferrer le imprimió a cada verso debe ser reconocida como una maravilla, llena de romanticismo, metáforas y pasión en su máxima pureza.

Balada para un Loco es uno de esos temas que estremecen a quien lo escucha. Es una canción que cuenta una historia de amor, directamente desde los ojos de los protagonistas y eso la carga de vida y energía. Poco se puede agregar a este tema, simplemente saber que no sólo hay que escucharlo, también hay que sentirlo en cada fibra y en toda la piel.

(Recitado por él)

Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...

(Cantado por él)

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!

(Recitado por él)

Salgamos a volar, querida mía;
subite a mi ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!

De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",
los locos que inventaron el Amor;
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.

Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:
provoco campanarios con la risa,
y al fin, te miro, y canto a media voz:

(Cantado por él)

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!

(Gritado por él)

¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Loca ella y loco yo...
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loca ella y loco yo

Balada para un loco (Música: Astor Piazzolla / Letra: Horacio Ferrer)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Esta no es la letra original, sumale que Ferrer en algunas oraciones se baso en la vida de Amelita, que fue ella la que lo canto por primera vez en 1969.