
Sí, definitivamente, siento que ser padre modificó mi modo de sentir, que mi sensibilidad ya no es la misma y que de repente se abrió ante mis ojos y mis sentidos un nuevo mundo.
Pero esto no es simplemente una sensación fugaz del momento, ya que estas líneas las estoy escribiendo a más de tres años del suceso que me cambió la vida, con la llegada del nuevo ser, que le dio un nuevo sentido a la mi existir.
Son esos “locos bajitos” sobre los que habla Serrat, en aquella canción inolvidable, que sorprende precisamente por su sensibilidad …
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Fragmento de “Esos Locos Bajitos” (Joan Manuel Serrat)
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