Cuando esos locos bajitos entran en nuestras vidas …

bebeDebo confesar que ser padre me cambió por dentro. Quienes hayan pasado por esa hermosa experiencia comprenden de qué hablo. No me refiero sólo a las costumbres y a las rutinas, que por cierto también se modifican en gran medida, estoy apuntando al corazón.

Sí, definitivamente, siento que ser padre modificó mi modo de sentir, que mi sensibilidad ya no es la misma y que de repente se abrió ante mis ojos y mis sentidos un nuevo mundo.

Pero esto no es simplemente una sensación fugaz del momento, ya que estas líneas las estoy escribiendo a más de tres años del suceso que me cambió la vida, con la llegada del nuevo ser, que le dio un nuevo sentido a la mi existir.

Son esos “locos bajitos” sobre los que habla Serrat, en aquella canción inolvidable, que sorprende precisamente por su sensibilidad …

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Fragmento de “Esos Locos Bajitos” (Joan Manuel Serrat)

Comentarios

Alhen ha dicho que…
Esos locos bajitos... o bajitas. En verdad tienes razón. Los hijos nos cambian la vida y la perspectiva de la vida. :)
Damián ha dicho que…
Es verdad Alhen, hay un momento en la vida en el que nos cambia todo y ese es cuando llegan nuestros hijos. No hay nada que se compare a ese momento :)